martes, 27 de octubre de 2015

Lo más ínfimo y pequeño tiene una gran importancia.

Es la presencia lo que lo engrandece, y es su interior lo que guarda el tesoro de lo que en verdad es, más allá de su tamaño.

Siempre he visto un mundo en las pequeñas cosas, me han maravillado enormemente, y así sigue siendo.
Quizá porque me paro a escuchar sus susurros, quizá porque mucho tiempo me he sentido pequeña.
Aún me ocurre a veces, he intento ver mi mundo y mi grandeza cuando en ello.

Seamos pequeños y maravillémonos de ello.
Crezcamos a nuestro ritmo disfrutando del paisaje y de la transformación que supone.

El universo sonríe a nuestro paso y siempre nos regalará su amor para nutrir así nuestro interior, de todo lo necesario para nuestro crecimiento.

Brillemos desde lo que somos sin pretender ser nada más.

Con Amor,


Las relaciones enriquecen la Vida.

Y lo hacen en todos los sentidos y dimensiones.

Enriquecen el Alma de aquellos que se aventuran a compartir desde todo lo que son.
La vida es un camino de aprendizaje, es un camino a compartir.

Si el universo quisiera que estuviéramos solos, crearía planetas individuales para cada uno de nosotros. En lugar de eso, nos plantea un bello reto. Un único y bello planeta en el que compartir espacio y vivencias. Este es un juego de equipo.

Dios, en su inmensa generosidad, nos dotó de una verdad propia, de una individualidad que muchas veces es malinterpretada y pervertida.

Cada día vemos como plantas y animales conviven, comparten, se relacionan sin perder su verdad ni perderse en nadie.
Son grandes maestros que nos pueden enseñar a mejorar la calidad de nuestras relaciones.

Yo tomo mi responsabilidad y me comprometo a mejorar cada día en pos del bien común. Me comprometo a dar lo mejor de mi en cada relación con otros y con el planeta.

Porque Yo Soy uno contigo, al igual que tu lo eres conmigo.

Con amor,

Las relaciones. La dependencia. La Libertad.

Somos un mar de emociones y pensamientos dentro de un cuerpo frágil y resistente a su vez.

Muchas veces nos creemos menos de lo que somos, demandamos cariño a los que están a nuestro alrededor, para cubrir aquellos huecos que están faltos de Amor.
Cometemos el «error» de creer que así han de ser las relaciones, una oferta y demanda, un cubrir necesidades que no son tal cosa.

Todo aquello que reclamemos no es sino una necesidad de aprender a cubrir nosotros mismos nuestras necesidades.

Si observamos cuidadosamente, podemos ver, que en realidad nada nos falta. Que todo lo llevamos dentro por naturaleza. Es desde ahí desde donde hemos de nutrirnos, desde nuestra propia Luz. Sino perderemos perspectiva y creeremos que necesitamos a los demás. Que sin ellos no somos nada. Que no podemos alcanzar nuestra propia felicidad si no nos nutrimos de los que nos rodean.

Todo esto son fantasías, creencias implantadas en nosotros por una sociedad controladora, que no muestra interés en que saquemos nuestros potenciales.

Somos independientes y somos uno. Para entender esto, debemos cultivar nuestras relaciones desde la Libertad y el Amor que somos.

Nadie puede darte nada que ya no tengas y seas.

Hasta donde nos dejemos arrastrar por los demás, también depende de nuestra fortaleza interior. Si estamos bien anclados en nosotros, en nuestra verdad y poder, nada ni nadie puede movernos o llevarnos allí donde no queremos ir.

Si nos sentimos manipulados, hay una parte en nosotros que lo permite. Hay una parte en nosotros que necesita aprender a decir No, y a colocarse en su centro donde no hay peligro de ser arrastrado. 

Es momento de valerse por si mismo, para así poder disfrutar del compartir mas sagrado, el que nace de la libertad y el amor infinitos.

domingo, 18 de octubre de 2015

Que nos lleva a entregarnos en manos de otra alma.

Que se contrae en nosotros desde el velo del Amor. Que estrangula y pervierte nuestra esencia hasta el punto de inflexión.
Qué aquello que cede y se rompe hasta que el corazón que late, se desvirtúa de su sonido emitiendo soplos de música extinta.

Si mi llama a de sucumbir a su luz, y a su fuerza, por latir en simetría con la tuya, renuncio a ello.
Si mi fuego ha de menguar para alimentar así el tuyo, gracias, pero me aparto con el viento.
Si mi esencia ha de perder su olor, por embriagarse con el tuyo, cedo mi lugar.

El Amor nos lleva a la expansión, a la apertura del todo, a través de nosotros.
Eleva las Almas, alimenta el aliento que emanas, cual vapor dorado y rojizo, desde las entrañas del puro sol. Ese sol de vida, que utiliza todo el potencial de sus rayos, recreando su vida en nuestro interior.

Y la vida, llama a vida. y en su tránsito, ondea, nutre, transforma su contenido hasta la fase de evolución, en la muerte. Mas dicha muerte, llega a su paso y por su propio pie, lejos de hacer decrecer una llama por apetencias y necesidades superfluas infundadas de mano de un ego hambriento. Llega armónica igual que la noche, bailando con el día de mano del ocaso.

La naturaleza nos muestra los tiempos de sus ciclos. Tiempos transitados desde el respeto y la armonía.
Podemos adoptar sus virtudes en nuestras relaciones. Amándonos al son de nuestros tiempos. Mirando pacientemente en los ojos del acompañante que tanto nos ha de mostrar. Ese brillo reflejado en sus ojos, es un reflejo de nuestro propio amanecer.
Nuestro aprendizaje son los tiempos, los ritmos de una música sin necesidad de eclipsar ninguna nota.
Unificadas en amor, toda nota acompaña a la siguiente, en un acorde sonado en algún tiempo espacio de la vida. Respetemos cada una de esas notas, al igual que la nuestra propia.

No sabemos cuando nuestro sonido, se vera reforzado por otro que escuchemos al pasar. Solo nos queda escuchar.

Y la niña escribe al viento,
y según escribe, se desdibuja su corazón,
deshaciendose en sus palabras, susurradas en formas de emoción.

Y mas allá de temer verse desaparecer, en esos trazos difuminada, en la nada, decidida prosigue.
Sabiendo que sus palabras, serán llevadas más allá de su ser, más allá de todo.

Para volver a formarse en Amor, una vez que vuelvan a ser escuchadas, reconocidas y llamadas a materializarse. Desde otro color, otro escenario, otro fuego.

Ahí volverá a formarse el corazón y la niña volverá a ser niña, o mujer, a su tiempo, al tiempo de ser correspondida.

 Y la dicha volverá a ser dicha, y escuchada, por los tiempos de los tiempos. 


martes, 6 de octubre de 2015

Reflexiones de tren

Voy en tren... Mirando hacia tras...pensando en lo pasado, vivido y experimentado.

Quizá sea por ir sentada en esta posición, al contrario de la marcha, que me incita a recordar momentos pasados.

Quizá sea la vida que me habla desde mi, para que recupere esos bellos instantes grabados en mi memoria, que no es mía.

Cualquiera que sea la explicación, tampoco importa.
 Simplemente el hecho de sumirme en esas imágenes, me eleva a revivir emociones y energías sanadoras de bellos instantes de compañías inmejorables. 

Con una sonrisa en mi boca, me encuentro dando gracias. Gracias a la vida por tantos buenos ratos. Gracias al Dios que nos sostiene y hace todo esto posible, permitiéndonos co-crear con el, en su lienzo infinito de vida.


Y ahora que la lluvia cubre la ventana que abrió las puertas del pasado, disfruto de esta sinfonía que me acompaña, mientras plasmo estas palabras vibrantes de felicidad.

Pocas veces en el pasado podía haber sonreído feliz de estar viva y compartiendo un escenario de amor con Almas tan luminosas como las que me acompañan ahora. Que feliz me hubieran hecho si me hubieran mostrado estas imágenes por venir... Y cuanto me habrían aliviado.

Sea como fuere, vividas están. Y sea como sea, nuevas imágenes y experiencias vendrán. Y volveré a dar gracias una vez experimentadas y recordadas desde algún otro tren en dirección desconocida.

Y así me dejo, me entrego a la vida que nos lleva amablemente por todos sus caminos, feliz de hacernos testigos de toda esta obra universal tan perfecta.
Nos vemos en la próxima parada, es y será un placer compartir contigo. Hasta pronto.

Love,

El cielo no sólo conoce lunes y sombras

El cielo no sólo conoce luces y sombras.

En los días luminosos, disfruta de irradiar la luz que le envía el gran Sol, centro de nuestro sistema solar. Se regocija nutriendo con su luz a todos aquellos que transitamos por la tierra. Y nos permite realizar actividades al aire libre, sin necesidad alguna de cubrir nuestros cuerpos.

En los días sombríos, nos ofrece el abrigo de sus nubes, que cubriéndole permite el recogimiento y la introspección.

También conoce la lluvia, tiene sus días melancólicos al igual que nosotros. Y ahí compone melodías de letras plagadas de sentimiento y Amor. Es gracias a esos días lluviosos que puede componer y por ello le esta muy agradecido a sus queridas nubes.

Hay días, en los que los rayos cubren el cielo. En dichos días, el cielo puede liberarse de todo aquello que lleva tiempo atormentándole... Dando paso a sonidos ensordecedores que ocultan sus gritos deseosos de liberación. Los rayos no son más que su movimiento plasmado en acción. Marcando de luz cada explosión de su Alma.

También hay días en los cuales podemos observar todos los colores marcados en forma de arco iris. Son instantes mágicos que nos hacen soñar despiertos, imaginándonos mundos maravillosos llenos de seres de Luz y cofres dorados.

El cielo nos habla a cada rato. Y aunque no muchos corazones prestan atención, él esta agradecido de los que si tenemos esa costumbre.
No es algo que necesite ser aprendido. Lo llevamos dentro como otras muchas habilidades. Simplemente requiere de práctica y disposición.

Así que si el cielo conoce sus luces y sus sombras ... ¿No será momento de que hagamos lo mismo?
El lo hace sin miedo, como algo natural y necesario, aprendamos de el y redescubramos el ser que llevamos dentro.
Ahora es el momento, y en tu interior esta el espacio perfecto.

Disfruta lo.

Love,